Duración: 7 compases 4/4.
Cambios: 7.
Dificultad: Nivel 2.
Claude Debussy es artífice de una de las revoluciones musicales más influyentes del principios del siglo XX. Considerado cabeza del Impresionismo musical, Debussy amplió notablemente la paleta armónica y rítmica de su tiempo difuminando fronteras entre la tonalidad y la atonalidad, entre pulso y ritmo libre. Compuso música para piano, para orquesta, también música de cámara y una ópera.
Análisis
Ya en 1888, Debussy componía música de carácter profundamente «anticlásico». Como ejemplo, la progresión inicial de esta juvenil cantata, basada en el enlace de tríadas diatónicas a distancia de segunda, en este caso, I, II y III.
Recordemos, que en la tradición clásica, las progresiones de tríada en estado fundamental a distancia de segunda se limitan prácticamente a los enlaces IV-V y a V-VI, así como -en menor medida- VI-V.
El enlace es también poco clásico, al destacar las quintas paralelas. Del mismo modo, aunque las voces superiores discurren por movimiento contrario con respecto al bajo, despliegan saltos de una amplitud inusual.
Con todo ello, el compositor pretende pintar con sonidos una atmósfera de santidad claramente post parsifaliana, evocadora de una sensual religiosidad y una atmósfera arcana.
Debussy siendo Debussy desde los 26 años.