Duración: 5 compases 5/4, 4/4 y 3/4.
Cambios: 7.
Dificultad: Nivel 5.
Richard Strauss ha sido considerado el último gran exponente del sinfonismo (post) romántico y del drama musical. A mitad de su carrera escandalizó a la sociedad poniendo música a Salomé de Oscar Wilde,un texto considerado inmoral al que revistió con una paleta armónica orquestal sensual, violenta y vanguardista.
Análisis
El inicio de esta frase alterna sobre un pedal de tónica los grados naturales I y ♭VII correspondientes a una escala «húngara» que podríamos denominar con mayor precisión «eolio (#4)», y que es la misma que está tocando la flauta en sentido descendente adornada con elegantes arabescos. Debido a ello, el acorde de subtónica (♭VII) resultante es aumentado (!).
El final de frase consiste en una original cadencia auténtica II-V/V-V-I en la que el V/V es remplazado por un acorde de tónica rebajada (♭I) en 2ª inversión en función de dominante de la dominante y el V lo está por un Vm (menor) con séptima. El resultado es de un decadentismo irresistible.
La danza de los siete velos, todo un papelón para la soprano, y más si tiene que bañarse en sangre.
Genial ópera, genial libreto, genial todo. Encontré en youtube el video de la versión con la Stratas que me dejó la carne de gallina (aparte de ser guapísima, seductora, etc) y me acordé de aquella famosa Lulu en grabación oculta japonesa que buscábamos en su día.